El ser humano por naturaleza necesita afecto desde el momento uno, es decir, desde el nacimiento. Las caricias, los besos, los abrazos ayudan a estimular al bebé o al niño, son emociones que reconfortan. Por lo que cuando se padece de carencia afectiva o falta de amor en la infancia, los niños pueden mostrar dificultades en su madurez y su desarrollo emocional, físico, interactivo y psicológico. En el siguiente articulo Clémentine & Bastièn te cuenta todo lo que debes saber sobre, como la falta de amor afecta al desarrollo de los niños.
No obstante, para comprender mucho mejor este tema que puede ser un poco complejo, debemos detallar ciertos puntos como la afectividad y cómo esta puede influir en el desarrollo, pero recordemos que es muy importante que antes de hacer cualquier autodiagnóstico o un diagnóstico en general se consulte a un especialista.
Por qué los niños y los bebés necesitan afectividad
Para saber por qué la carencia afectiva podría afectar el desarrollo y madurez de los niños, debemos entender cómo funciona.
El afecto es parte de la interacción social entre dos o más personas, una expresión de cariño que se da y recibe para demostrar que alguien nos importa o que le importamos a alguien. A pesar de que se requiere esfuerzo, es una de las necesidades primordiales del ser humano debido a que gracias a esto se demuestra que entre dos personas o grupo existe un acto mucho más importante, con un vínculo más grande que solo una relación social.
Se considera que la importancia del afecto, además de lo mencionado, viene del hecho de que el ser humano como ser social, necesita la integración de un grupo, donde en él existe una serie de expresiones afectivas que logren que él se sienta vinculado al mismo. Aunque debemos tomar en cuenta que la forma en la que se muestra el afecto no es igual para todos, es decir, cada individuo buscará las relaciones personales que sean adecuadas a su forma de ser y de entender al mundo con sus expresiones de cariño, amor y afecto.
Ahora bien, por ello cuando nacemos es muy importante que los padres muestren este afecto, cariño y amor incondicional al bebé en los primeros meses, de esta forma su sistema límbico (un sistema formado por diferentes estructuras del cerebro de los niños que ayudan a regular las respuestas fisiológicas frente a ciertos estímulos donde se encuentran los instintos humanos) se estimule completamente y así logre establecer relaciones con sus adultos.
La vida afectiva en un niño se puede ver como una vacuna contra las enfermedades, ya que esto es lo que ayuda mucho a los niños a sentirse seguros y poder relacionarse con cualquier persona. De ahí que la falta de amor es algo que pueda interferir en su desarrollo y madurez, a continuación, lo analizamos.
Cómo la falta de amor y cariño afecta al desarrollo y madurez infantil
¿A qué llamamos carencia afectiva? Bien, conocemos como carencia afectiva a la falta de cuidados, atención y protección necesaria en la vida del niño. Generalmente, en estos casos es la falta de afectividad de los padres a sus hijos.
La causa de esta falta de amor no siempre es consciente, es decir, esto puede pasar cuando ambos padres trabajan y cuentan con un horario muy complicado, también puede ocurrir cuando ellos tienen dificultades psicológicas que les impiden ser adecuadamente afectuosos. No obstante, también existe las posibilidades de maltrato, abandono o incluso divorcios que podrían desarrollar una carencia afectiva en los niños.
Cuando existe una falta de cariño, los niños pueden ser conducidos a la inmadurez en su desarrollo como persona, a la dificultad de desarrollarse con la gente a su alrededor ya sean niños o adultos, a la inadaptación social y, en algunos casos, a la delincuencia, depresión, ansiedad, síntomas psicosomáticos y estrés. Todo ello puede llevar a que los niños (que aprenden todo imitando), en su edad adulta reproduzcan este patrón poco afectivo, frío y distante que podría generarle problemas en sus relaciones personales.
Es importante tomar en cuenta que es esencial que la madre y el padre le muestren este afecto al niño durante los primeros años de vida para ayudarlo mientras puede ya que, generalmente, a los 5 años es cuando este sale de la protección parental para incorporarse a la escuela, donde deberá protegerse a sí mismo y relacionarse con sus compañeros por sí mismo. Aquí puede repercutir mucho el hecho de tener carencia afectiva.
Cómo reconocer la carencia afectiva en tus hijos
Como ya hemos visto, la falta de amor afecta al desarrollo y madurez de los niños pero, ¿cómo podemos reconocer que nuestro hijo sufre de ello? Existen diferentes formas de reconocer la carencia afectiva tanto en los primeros años de vida, como en la edad preescolar, escolar y adolescencia. Estas son algunas de las señales que deberían alarmarnos pues el niño podría estar sufriendo por esta falta de amor o afecto.
1. Niños que lloran para llamar la atención y sonríen poco.
2. Mostrar síntomas de depresión y ansiedad.
3. No sentirse seguros sin sus padres. Esto podría desembocar en una importante dependencia emocional.
4. Pueden presentar trastornos de lenguaje como pobreza de vocabulario o dificultades gramaticales.
5. Presentan trastornos de aprendizaje.
6. Muestran baja autoestima.
7. Trastornos de comportamiento como actitudes de rebeldía.
8. Suelen emocionarse fácilmente.
9. Pueden desarrollar adicciones al alcohol o drogas en la adolescencia.
Es importante que en caso de que se observen estos síntomas en los niños, comiencen a transmitir afecto y cariño a sus hijos, haciendo que se sientan amados. También puede consultar a un especialista para que el diagnóstico sea certero y conozca cómo puede tratarlo.
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Fuente: Guía Infantil.