Cuando un bebé recién llega a la familia es la mamá quien más se ocupa de él. La criatura necesita sentir su calor, su contacto piel con piel y su amor, más aún si se opta por la maravillosa lactancia materna. Pero el papá también tiene una labor fundamental en la crianza con apego del pequeño y en el cuidado de la madre tras el parto. En Clémentine & Bastièn preparamos el siguiente artículo.
Papá, estas son todas las cosas que haces por mí y por mamá
Si el bebé al nacer supiera hablar, le diría a su mamá y a su papá cuánto les quiere desde el primer momento que estuvo resguardado en el vientre materno y les diría también que se siente súper feliz de haber caído en esa familia. Y, cuando vea lo abrumado que se siente su papá por no saber si es mejor hacer esto y aquello o no hacerlo, le diría…
– Gracias, papá, por cuidar de mamá tras el parto y por estar ahí con ella a su lado en esos largos primeros días que se viven tan intensamente cuando llegas a casa con un bebé en brazos.
– Gracias por estar a mi lado, por darme amor, por cambiarme el pañal y por apoyar la lactancia materna.
Qué bonito, ¿verdad? Te cuento todo esto porque muchas veces queremos hacerlo todo nosotras solitas. Sentimos tanto que tenemos la necesidad de tener que arrullar al bebé constantemente y de estar pendientes de todo, que nos olvidamos de que el papá también puede y debe estar ahí para hacer lo mismo que nosotras. Porque salvo darle el pecho, todo lo demás también lo puede hacer él.
El sueño del bebé también depende de la presencia del padre
Somos nosotras las que nos despertamos por las noches cada 4 horas para amamantar a nuestro hijo o hija o cada 1 hora si está en una racha de crecimiento, necesita sentir nuestro contacto, está un poco inquieta, quiere la teta a modo de chupete… ¡Qué agotador!
¿Qué puede hacer el hombre en esta situación? ¡Mucho! El caso es que papá, salvo darle el pecho, puede hacer muchas cosas, la primera de ellas estar presente, y esto quiere decir…
El padre puede ayudar a la lactancia
Puede ser él el que haga el cambio de pañal, le dé una vuelta por la casa cuando está inquieto o le saque los gases.
Ni que decir si usas el extractor de leche o has optado por la leche de fórmula, puede ser papá el que le dé con mucho amor el biberón a las 12 o a las 3 de la mañana.
Y, cómo no, puede acostar al bebé también
Si tu hijo ya ha crecido un poco y ha dejado de dormirse pegado a tu pecho, se pueden hacer turnos para acostarlo. Cuando le toque a papá aprovecha ese rato exclusivo para ti , date un relajante baño o sentarte en el sofá a ver tu serie favorita. ¡Verás qué bien te sienta!
Las ventajas de que papá también esté ahí a la hora de dormir
¿Sabías que eso de que papá también se involucre en las rutinas de sueño tiene muchas ventajas?
Los beneficios no son solo para el niño, también para toda la familia: para papá, para mamá, para los hermanos… ¡Vamos a descubrirlas juntos!
– Se logra un maravilloso apego familiar que durará toda la vida.
– Se pasa tiempo de calidad en familia, ya sea arrullando al bebé o leyéndole un cuento de buenas noches.
– El trabajo en equipo, sobre todo cuando es sueño nocturno, solo nos trae cosas buenas. Mamá descansa un poco más y papá siente que lo está haciendo todo por su pequeño.
– Padre e hijo crean vínculos y fuertes lazos. ¿No te parece un motivo súper válido para dejar que sea el padre quien acueste al pequeño?
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