El déficit de vitamina D puede provocar problemas de salud en los niños. En el siguiente articulo Clémentine & Bastièn te cuenta todo lo que debes saber sobre, Cómo afecta el déficit de vitamina D a los niños.

¿Cómo afecta el déficit de vitamina D a los niños?

Las vitaminas son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. En concreto la vitamina D es esencial para el desarrollo de los huesos, los dientes y también interviene en la coagulación de la sangre.

Según un reciente estudio presentado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) en el marco del estudio EsNuPI (Estudio Nutricional en Población Infantil Española), los niños necesitan mejorar las ingestas habituales de calcio, fósforo, magnesio y vitamina D, entre otros nutrientes esenciales, ya que son fundamentales en las etapas de crecimiento y desarrollo.

¿Qué beneficios aporta la vitamina D?

Como hemos comentado antes, la vitamina D es necesaria para el desarrollo de los huesos, los dientes, interviene en la coagulación de la sangre, pero también ayuda a nuestro organismo a absorber minerales como el calcio y el fósforo e interviene como regulador del sistema inmunológico o antitumoral, entre otras funciones y beneficios. Hay que tener, en cuenta, además, que la vitamina D también es importante para la salud del corazón y para combatir infecciones.

Desde la infancia hasta alrededor de los 30 años nuestro organismo se encarga de formar densidad ósea con el calcio circulante y la vitamina D, después de ese tiempo sólo mantenemos lo que ya formamos. Por eso es fundamental que a lo largo de la vida aseguremos un suficiente aporte de calcio y vitamina D desde los alimentos.

El cuerpo obtiene el calcio de los alimentos y de ser necesario de la suplementación, la vitamina D en cambio, se estima que del total que utiliza el organismo, el 30% proviene del alimento y el restante lo producimos gracias a la exposición a la luz solar.

¿Dónde se obtiene?

¿Cómo afecta el déficit de vitamina D a los niños?

La vitamina D se obtiene de forma natural a través de la dieta, mediante productos como el pescado, los huevos y los lácteos. Para obtener vitamina D también es necesaria la exposición de la piel al sol, por eso, se suele considerar que los niños y adolescentes que pasan la mayor parte del día en lugares cerrados o que viven países nórdicos y zonas con inviernos largos y fríos, tienen más riesgo de crecer con déficits en esta vitamina.

La mejor forma de obtener la vitamina D es combinar la exposición solar controlada (es decir, evitando las horas centrales del día y utilizando la protección adecuada y durante un tiempo moderado) junto con una adecuada alimentación y recurrir a suplementos solo si fueran necesarios.

Según un estudio realizado por el Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) el tiempo que los niños deben exponerse al sol (con precauciones) para obtener la cantidad recomendada de vitamina D depende de la estación del año: en enero se necesitarían cerca de 10 minutos diarios, en los meses de abril y julio, aproximadamente 130 minutos y en octubre la media se situaría en 30 minutos.

¿Qué hace la vitamina D en los bebés?

¿Cómo afecta el déficit de vitamina D a los niños?

Se ha comprobado que los bebés que nacen con mejores niveles de vitamina D tienen menor riesgo de bronquiolitis a causa del virus respiratorio sincitial (VRS). Además, el riesgo de asma en la infancia también es mayor en los niños que tienen niveles más bajos.

¿Cómo afecta a los niños el déficit de vitamina D?

Según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP), «el déficit de vitamina D afectaría al 25% de los niños «.

Entre los riesgos más conocidos de que los niños presenten déficit de vitamina D se encuentra el desarrollo de raquitismo, una enfermedad que se caracteriza por el reblandecimiento y debilitamiento de los huesos, pero no es la única: también se asocia con cuadros de osteoporosis, hipocalcemia (niveles bajos de calcio en sangre), osteomalacia (huesos de consistencia blanda) y algunas afectaciones dermatológicas.

Los expertos coinciden en que la recomendación de suplementos debe hacerse en casos de riesgo de deficiencia de esta vitamina. La AEP recoge: «Para los niños mayores con una posible deficiencia de vitamina D y cuando existe riesgo de raquitismo por falta de ingesta de vitamina D, se recomienda una dosis de 200 UI/día, y de 400 UI/día de vitamina D en caso de deberse a una falta de exposición a la luz solar. En el raquitismo de etiología no congénita no complicada se recomienda una dosis diaria entre 600-1200 UI de vitamina D hasta que la sintomatología mejore, momento en el que se reducirá la dosis a 400 UI de vitamina D hasta la curación del proceso”.

Consulte siempre con tu pediatra antes de introducir nuevos alimentos o vitaminas a su bebé.

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Fuente: Ser Padres.

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