Para saber cómo promover el movimiento libre del bebé en casa debes saber que el desarrollo motor durante los primeros años de vida está continuamente progresando, cada día que pasa los niños aprenden algo nuevo, sobre todo durante el primer año. Para que esto sea posible el niño o la niña deben tener oportunidades de movimiento.
En el siguiente artículo Clémentine & Bastièn te da unos prácticos consejos.
Hoy en día existen infinidad de artilugios pensados para facilitar la vida a los padres, pero no tienen en cuenta las necesidades de los niños y niñas, y si son beneficiosas o no para su desarrollo. En la medida de lo posible, un niño debería tener la oportunidad de moverse libremente desde el momento en el que nace, por supuesto garantizando siempre su integridad física y sin exponerle a ningún peligro.
Cómo estimular el movimiento libre o desarrollo motor del bebé en casa
Lo anterior quiere decir que habría que evitar determinados productos y vestimentas que el mercado nos ha hecho creer que son necesarios para los bebés, pero que restringen su movilidad. Prácticas tan habituales como ponerle manoplas y enrollarlos en un arrullo nada más nacer, les imposibilita moverse y tener la oportunidad de explorar el nuevo ambiente al que han llegado.
En realidad, cuanta menos ropa mejor, siempre y cuando el clima lo permita y a poder ser sin calcetines y mucho menos zapatos hasta que no camine, para facilitar el movimiento de los pies. Asimismo, el uso excesivo de parques, hamacas, carritos de paseo limitando el tiempo que el niño está en movimiento libre y tiene la oportunidad de moverse, hace que este desarrollo motor sea más lento e incluso que sea perjudicial en algunos casos.
El niño o la niña debería pasar gran parte del tiempo en el suelo y descalzo (exceptuando los primeros dos o tres meses de vida, que lo que necesita es contacto) y él solo ir adquiriendo las habilidades que le vaya pidiendo su cuerpo, a poder ser con la mínima intervención del adulto. El niño lo sabe hacer por sí mismo, no hace falta que le enseñemos a alcanzar determinadas posturas que aún no ha llegado.
El niño tiene una especie de poder neurológico que le va guiando y diciendo qué es lo que debe hacer en cada etapa de desarrollo, al principio parecen ser movimientos involuntarios, por casualidad, luego a base de repetición, va refinando esos movimientos hasta que los integra y los consigue hacer armoniosamente. A este poder que los niños poseen lo denominamos ‘Hormé’ y lo define como el impulso vital que lleva a un ser en construcción a formarse a sí mismo.
Es la fuerza que nos impulsa a interactuar con el ambiente y ser parte de él. La única intervención del adulto debería ser proporcionarle un ambiente seguro, experiencias enriquecedoras y material que promueva el desarrollo psicomotor del niño con el que tenga la oportunidad de repetir y adquirir nuevas habilidades, trabajando tanto la motricidad fina como gruesa.
¿En qué consiste el desarrollo motor de los bebés?
La doctora Emmi Pikler también investigó mucho sobre el desarrollo motor de los niños y niñas, y en su obra Moverse en Libertad plasmó todas las conclusiones que obtuvo de sus observaciones a niños de 0 a 3 años en el Instituto metodológico Loczy en Budapest, Hungría. La doctora Pikler era firmemente defensora del movimiento libre y comentaba en dicho libro que ‘el adulto no sólo evita ayudar concretamente al niño, sino que tampoco le estimula a que adopte determinadas posiciones o a que realice ciertos movimientos’.
Por otro lado, es igual de importante que el niño asuma pequeños riesgos en su día a día lo que les proporciona no solo información sobre ellos mismos, sino también sobre el mundo que les rodea. Es una manera de sentirse seguros, ya que cuantas más oportunidades tengan de asumir riesgos, más posibilidades tendrán de eliminar sus miedos y, por lo tanto, sentirse seguros en sus movimientos.
Para un niño pequeño, riesgo es cualquier cosa que haga nueva, ya que la va a realizar por primera vez. Darle la oportunidad de hacerlo por sí mismo, va a suponer un gran beneficio para él, su seguridad va a aumentar, eso va a hacer que quiera seguir explorando el ambiente y que vaya adquiriendo nuevas habilidades, ya que ‘tener la libertad para asumir riesgos es esencial para el desarrollo armonioso de los niños’, según recoge el libro de la doctora Pikler.
El papel de los padres en el movimiento libre del bebé
El rol del adulto en este sentido es vital, ya que si les trasmitimos seguridad y hacemos que el ambiente sea seguro para que el niño se pueda mover con libertad y asumir estos pequeños riesgos, el niño va a ir viendo que es capaz de hacer las cosas por él mismo, va a confiar en él y, por ende, va a aumentar su autoestima.
El adulto es el encargado de que el niño se sienta seguro en el ambiente, estará ahí para cuando lo necesite, pero sin intervenir ni proporcionarle una ayuda que no necesite, debido a que ‘cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo del niño’. Nosotros, como adultos, tenemos que proporcionar al niño la oportunidad de explorar el ambiente, que lo conozca a través de sus sentidos, que asuma riesgos y que lo haga de forma autónoma, garantizando siempre su seguridad.
Además, lo ideal es que lo haga en diferentes ambientes. Que los niños tengan contacto con la naturaleza es muy beneficioso, ya que aparte de proporcionarles multitud de aprendizajes, les da la oportunidad de explorar un ambiente totalmente diferente a lo que supone la seguridad de una casa o un colegio donde se suele encontrar un suelo llano.
En la naturaleza tienen la oportunidad de caminar por suelo irregular, enfrentarse a nuevos retos que de otra manera no sería posible, además de proporcionarle experiencias sensoriales reales que les aportan muchísimo. Es por ello que se debe estimular al niño en casa para que vaya desarrollando todo su potencial.
Más ideas para los padres para estimular el desarrollo motor en el bebé
Los niños y niñas con un desarrollo típico y sin ninguna patología son capaces de ir adquiriendo el movimiento por sí mismos cuando están en movimiento libre. Incluso el famoso ‘tummy time’ (colocar al niño bocabajo en una superficie para fortalecer el cuello) no sería necesario, aunque sobre esto hay bastante controversia. Si el niño está en movimiento libre la mayor parte del tiempo, tarde o temprano se va a dar la vuelta solo.
No todos son partidarios de hacer ‘tummy time’, ya que suele ser una posición en la que el bebé está incómodo, es una posición a la que no ha llegado por sí mismo, se encuentra inmóvil y de la cual no puede salir por sus propios medios. Hay otras formas de fortalecer el cuello más respetuosas, como puede ser sobre nuestro pecho o porteando. El contacto siempre les va a dar seguridad.
Cuando están en el suelo, al principio se les pone siempre boca arriba sobre una alfombra o colchoneta que sea firme, ni muy dura ni muy blanda y con el tiempo el niño va a ir desplazándose y queriendo estar sobre el suelo directamente; nuestro papel es preparar el ambiente para que sea un lugar seguro donde pueda explorar libremente, sin ningún tipo de peligro, pero también estableciendo los límites necesarios.
Para terminar, deberíamos confiar más en las capacidades de los pequeños y que el desarrollo motor no se trata de una carrera, de ver quien lo hace antes, si no de ser consciente que cada niño tiene su ritmo y que, si se respeta, va a tener un desarrollo adecuado, lo que le ayudará a adquirir otras habilidades características de la especie humana.
Ahora que ya sabes cómo promover el movimiento libre del bebé en casa, ¡es hora de ponerlo en marcha!
¡Puedes leer más artículos en el Blog de Clémentine & Bastièn!
Fuente: Guía Infantil