Cuando hablamos del vínculo nos referimos a la profunda relación que se establece entre madre e hijo. La biología de la madre está lista para generar esta conexión especial con el bebé tras el parto. En el siguiente articulo Clémentine & Bastièn te cuenta todo sobre, Madre e hijo, el vínculo más potente.
La conexión entre madre e hijo se genera con el contacto, con la mirada, con el amor y unas veces va más deprisa y otras más despacio. Hay momentos claves, como tras el parto, en los que todas tus hormonas están preparadas para generar esta conexión con el bebé. Pero si no puede ser en ese momento, podemos favorecer situaciones de vinculación más adelante.
Todas las experiencias de contacto físico agradables liberan en el cerebro hormonas que favorecen la unión con el bebé. Si dejamos nuestros pensamientos a un lado y nos sumergimos en los sentidos, el vínculo fragua más deprisa porque podemos entender mejor las señales de nuestro bebé. Y eso, a su vez, te hará sentir más segura. Tu cuerpo aprende rápido.
El apego es algo inconsciente que hace que la madre responda a las necesidades del bebé, y garantiza que éste pueda establecer conexiones neurológicas fundamentales, el contacto estrecho entre ambos estimula áreas del cerebro del bebé determinantes para su futuro.
El apego seguro, un vínculo fuerte con la madre ha demostrado ser crucial para que en el futuro el niño y posterior adulto pueda establecer relaciones sanas, seguras con otras personas. Que sea socialmente normalizado.
✓ Contacto piel con piel. Cuanta más piel haya en contacto, mejor: tumbarnos juntos, acariciarle, mecerle, abrazarle…
✓ Oler al bebé. Es muy instintivo. Cada bebé puede reconocer a su madre por el olor. La madre también podría hacer lo mismo con su bebé. Al olerlo estimulas tu cerebro más primitivo. De esta forma despertaras tu ternura e instinto de protección.
✓ Los sonidos de tu bebé son muy especiales para ti. Al escucharlos con atención te darás cuenta de que intenta comunicarse contigo: con palabras o sonidos, con canciones, con caricias o abrazos. Todo eso beneficiara a ambos.
Beneficios del vínculo entre madre e hijo
Según algunos investigadores, este vínculo aporta múltiples beneficios tanto a las madres como a los niños. La unión que se establece entre ellos es algo primordial para la formación y la educación del infante.
Del mismo modo, esto ayuda a la mujer a sentirse más fuerte y valorada. En otras palabras, el potencial de este vínculo es inmenso.
Asimismo, los bebés que gozan de un vínculo entre madre e hijo sano y estable tienen mayores probabilidades de éxito en la vida. Esto también contribuye a mejorar la calidad de sus relaciones interpersonales, ya que les brinda mayor facilidad para relacionarse con los demás, les ayuda a ser más comunicativos y, por supuesto, afectuosos.
¿Cómo establecer el vínculo si está en la incubadora?
«Las circunstancias que rodean un nacimiento prematuro suelen ser bastante traumáticas», «Hay toda una serie de pérdidas que asumir: pérdida de las últimas semanas de embarazo, pérdida del parto soñado, a veces de la salud del bebé…». Así que es totalmente normal que la mujer tenga emociones ambivalentes.
Muchas madres en estas circunstancias, y sobre todo si la salud del bebé está en peligro, evitan inconscientemente vincularse para no sufrir una posible pérdida. Reconocer qué nos está pasando y poner palabras a nuestros miedos nos ayudará a dar los siguientes pasos.
Así puedes establecer el vínculo: El método canguro ha demostrado ser muy eficaz en estos casos. El estrecho contacto piel con piel con el bebé devuelve a la madre la confianza, la seguridad, la conexión con su hijo. Las hormonas presentes en el parto y responsables del «enamoramiento», como la oxitocina, son segregadas en el contacto piel con piel.
Así que mantener a nuestro hijo cerca de nuestro cuerpo nos ayudará. Si no es posible, servirá acariciarle siempre que podamos, cantarle, darle el pecho, mecerle, observarle muy de cerca… Todas estas son acciones que van generando el vínculo. Los centros sanitarios cada vez están más concienciados en la necesidad de este contacto físico entre padres e hijos y, si médicamente no se desaconseja, lo propician.
¿Cuándo pedir ayuda?
Siempre. A veces el parto o el posparto son muy duros y simplemente no podrás conectar con tu bebé debido a tus propias necesidades no cubiertas. O a experiencias anteriores relacionadas con tu propia experiencia de vinculación, que quizá es el momento de resolver.
Si no puedes establecer un buen vínculo con tu bebé, pide el apoyo necesario. Puede que baste con reconocer y expresar lo que te pasa, puede que necesites el apoyo de tu familia, de tu pareja, de un amigo, o de un profesional. Lo que haga falta.
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Fuente: Bebés y más.