Los síntomas de cólicos con frecuencia comienzan repentinamente. Las manos del bebé pueden formar un puño. Las piernas pueden encogerse y el vientre puede parecer hinchado. El llanto puede durar desde minutos hasta horas y a menudo se calma cuando el bebé está cansado o cuando elimina gases o heces. En el siguiente artículo Clémentine & Bastièn te cuenta todo sobre el cólico del bebé.
¿Qué es el cólico?
La palabra cólico es el término que se usa para describir el llanto incontrolable de un bebé, que por lo demás goza de buena salud. Si tu bebé tiene menos de 5 meses y llora durante más de tres horas consecutivas, tres o más días por semana, por tres semanas seguidas o más, se considera que tiene cólico.
El cólico no es una enfermedad y no le hará daño a tu bebé a largo plazo, pero resulta difícil de sobrellevar, tanto para los bebés como para los papás.
Aproximadamente uno de cada cinco bebés desarrolla cólico, y el problema suele manifestarse entre las segunda y tercera semana de vida (o, si se trata de un bebé prematuro, de 2 a 3 semanas después de la fecha probable del parto).
¿Cuáles son los síntomas del cólico?
Es normal que los bebés lloren cuando tienen el pañal mojado, están hambrientos, asustados o cansados, pero tu bebé podría tener cólico si presenta las siguientes señales:
✓ Llora excesivamente, casi siempre a la misma hora todos los días (suele ser hacia el final de la tarde o por la noche).
✓ Su llanto tiene un tono más agudo y más fuerte de lo normal. Podría sonar como un llanto de dolor.
✓ Su llanto es inconsolable, por más que intentes calmar a tu bebé.
✓ Los episodios de llanto empiezan y acaban de manera repentina.
✓ El bebé muestra señales de que tiene problemas estomacales. Quizás esté inconsolable debido a los gases y otros problemas gastrointestinales. Como si no bastara, muchos bebés que padecen cólicos también tienden a tragar aire cuando lloran, lo cual aumenta el problema de los gases.
✓ Quizás notes que aprieta sus deditos, arquea la espalda, y se sonroja, al mismo tiempo que estira o levanta las piernas y suelta gases mientras llora. Su carita podría ponerse colorada y su estómago hinchado. Algunas veces se sentirá mejor después de liberar los gases o evacuar.
¿Cuánto durará el cólico de mi bebé?
Por suerte, después de la tempestad viene la calma. El cólico suele intensificarse alrededor de las 6 semanas de vida del bebé, y mejora notablemente entre los 3 y 4 meses. Para cuando cumplan los 4 meses, entre el 80 y el 90% de los bebés ya habrán superado el cólico. El porcentaje restante podría tardar un mes más en superarlo.
Eso implica que quizás tengas por delante bastantes meses de «tempestad». Mientras tanto, trata de consolar a tu bebé lo mejor que puedas y pide ayuda si la necesitas. Cuidar de un bebé que padece cólico es muy estresante, y necesitas descansar de vez en cuando para mantenerte en tu sano juicio.
Pídele a tu pareja, a un familiar o a una amiga que te cuide al niño mientras vas a dar un paseo, o desahógate con un buen llanto si es que eso te ayuda a disminuir la tensión.
¿Cuáles son las causas del cólico?
El cólico es uno de los grandes misterios de la vida de un bebé. Puede ocurrir independientemente de si son o no primogénitos, de si son niños o niñas y de si reciben leche materna o de fórmula.
Nadie sabe por qué algunos bebés son más propensos que otros, pero las teorías abundan, y es muy posible que esta propensión se deba a más de una causa. Entre ellas se incluyen las siguientes posibilidades:
Madre fumadora. Sabemos que los bebés cuyas madres fumaron durante el embarazo o después del parto, tienen mayores posibilidades de padecer cólico (aunque este riesgo se reduce si el bebé es alimentado con leche materna).
Sensibilidad. Algunos especialistas creen que los episodios largos de llanto debido al cólico constituyen una liberación física para los bebés que son muy sensibles. Cuando llega la noche, explican, estos bebés están agotados de tanto mirar, escuchar o experimentar sensaciones nuevas y comienzan a llorar para desahogarse.
Problemas estomacales. Otros expertos creen que hay factores gastrointestinales (gases, alimentación excesiva o insuficiente, o un sistema digestivo inmaturo) que podrían influir en los síntomas de los cólicos.
Tu bebé estará más cómodo si te aseguras de que no trague tanto aire al darle pecho o biberón. Eso significa que deberás alimentarlo en una posición más erguida; sacarle el aire adecuadamente, y asegurarte de que se prenda bien al pecho o agarre bien el biberón.
De 2 a 3% de los bebés tienen dolores abdominales debido a una intolerancia o alergia a la proteína de la leche de vaca. Si crees que tu bebé podría tener alguna sensibilidad a algún ingrediente de la leche de fórmula o tu leche materna, habla con el pediatra (si estás amamantando, quizás convenga eliminar los productos lácteos de tu dieta por varias semanas; si le das fórmula a tu bebé, talvez el médico te recomiende pasarlo a una fórmula extensamente hidrolizada).
Reflujo gastrointestinal. Esta condición, también conocida como acidez, podría derivar en síntomas de cólico. Si tu bebé vomita o escupe con frecuencia y parece incómodo, o no crece como se espera, llévalo al doctor y háblale de lo que te preocupa.
Bacteria intestinal. Otra teoría es que algunas veces el cólico es causado por un desequilibrio de las bacterias saludables en el intestino. Los estudios han demostrado que los bebés que padecen cólico tienen una microflora intestinal diferente a la de los bebés que no sufren de cólico.
Niveles más elevados de serotonina. Los estudiosos han encontrado que algunos bebés con cólico producen más serotonina, una sustancia química que ayuda en la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, y que también hace que se contraigan los músculos intestinales. Hacen falta más investigaciones para conocer mejor la conexión entre la serotonina y el cólico.
Principio de migraña (jaqueca). Algunos estudios sugieren que el cólico es un presagio de que el niño tendrá jaquecas más adelante. Lo que los científicos no saben al cierto es si el cólico es un síntoma temprano de las migrañas infantiles, o si los bebés que sufren de cólico y los niños que desarrollarán migrañas comparten alguna característica genética.
Estrés familiar. Los estudiosos han encontrado un vínculo entre las madres que sufren de trastornos de ansiedad y los bebés que lloran excesivamente. También es posible que exista una relación entre el cólico del bebé y la tensión emocional o la depresión en el embarazo, e incluso entre la depresión del papá y el cólico. Si estás luchando contra la ansiedad o la depresión, el apoyo que busques ahora te ayudará a ti y a tu bebé.
¿Debo llevar a mi bebé al doctor si creo que padece cólico?
Sí, es una buena idea hablar con el doctor sobre el llanto excesivo de tu bebé. El pediatra puede descartar otras posibles causas, como problemas intestinales o una infección urinaria. También querrá verificar que tu bebé esté comiendo y creciendo adecuadamente. El doctor podrá ayudarte a decidir la mejor forma de afrontar el cólico.
Y si tu bebé tiene otros síntomas como fiebre, vómitos, diarrea o sangre en las heces, llama al doctor inmediatamente. Esto síntomas no se deben al cólico.
Qué puedes hacer para calmar el cólico de tu bebé
Si el doctor cree que tu bebé tiene cólico, te sugerirá diferentes formas de calmarlo. Prueba también las estrategias que te sugerimos a continuación:
Dale un suave masaje. Tu bebé podría disfrutar un suave masaje, pero presta atención a cómo reacciona. Es posible que el masaje lo estimule demasiado y no le agrade. (Por cierto, aún no se ha comprobado que los tratamientos quiroprácticos ayuden a aliviar el cólico).
Silencio. Aunque a algunos bebés les reconforta el movimiento, el ruido y la actividad, otros necesitan menos estímulos y responden mejor al silencio, la quietud y la oscuridad.
Muévelo. A los bebés les tranquiliza moverse suavemente, así que prueba mecerlo en tus brazos. También puedes colocarlo en una silla mecedora o un columpio de bebé. Solo recuerda que, si se queda dormido, es más seguro para tu bebé que lo pongas en su cuna.
Prueba a cambiar de ambiente. Si estás adentro, sal a dar un paseo, ya sea con tu bebé en el coche o en el porta bebe. Ver, oler y oír cosas nuevas, y el aire fresco y los movimientos rítmicos al caminar, pueden ayudar a calmarlo y quizás se quede dormido.
Cámbialo de posición. Tu bebé podría sentirse más cómodo si lo cargas en brazos, o puede ser que prefiera una postura en la que esté más erguido. También es posible que le encante cuando lo acuestas boca abajo sobre tu regazo. Cuando esté molesto, prueba con diferentes posiciones para hallar la que más le gusta.
Envuélvelo. Piensa en lo apretadito que estaba en el útero antes de nacer, y te harás a la idea de lo grande que el mundo puede parecerle ahora. Envolver a tu bebé en una cobija (manta) ligera o una sábana, puede hacerle sentir más seguro.
Dale un bañito templado. Un baño calmante durante un episodio de cólico puede distraerlo y relajarlo. A algunos bebés les encanta que los sostengan bajo la ducha, con un chorro suave cayendo sobre su espalda. A tu bebé le puede tranquilizar el golpear rítmico del agua, además del sonido.
Ofrécele un chupón. Cualquier cosa que calme a tu bebé vale la pena. Para algunos bebés, succionar es el relajante ideal. Ofrécele un chupón.
Alíviale los gases. Algunos bebés que padecen cólicos también sufren de gases porque tienden a tragar aire cuando lloran. Alimenta a tu bebé en una postura más erguida y sácale el aire con frecuencia para aliviarle el dolor que provocan los gases.
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Fuente: Baby Center